
El “rey del terror” de Haití condenado a morir en prisión en EE.UU.
Joly Germine, quien con orgullo se hacía llamar el “rey” de una de las pandillas más sanguinarias de Haití, escuchó este miércoles su sentencia final en una corte de Washington: cadena perpetua por orquestar el secuestro de 16 ciudadanos estadounidenses —entre ellos cinco niños— en pleno corazón del caos haitiano, según confirmó el Departamento de Justicia.
Alias “Yonyon”, temido y venerado dentro del mundo criminal, fue declarado culpable en mayo por un jurado federal por planear y exigir millonarios rescates tras el rapto de los misioneros en 2021.
Aunque estaba encerrado, Germine controlaba a su pandilla, los temibles 400 Mawozo, desde una celda en Haití, dando órdenes por teléfonos clandestinos y moviendo los hilos del secuestro como si se tratara de un macabro juego de poder.
Los documentos judiciales revelan que, desde la prisión, el autoproclamado líder instruyó cada paso del plagio, que incluía a un bebé de apenas ocho meses. La pandilla capturó a 16 estadounidenses y un canadiense que visitaban un orfanato en Puerto Príncipe y exigió un millón de dólares por cabeza.
En redes sociales, los criminales se burlaban del mundo, amenazando con ejecutar a todos si no recibían su fortuna. Incluso llegaron a pedir algo más escalofriante: la liberación de su “rey” a cambio de las vidas de los rehenes.
Las negociaciones se volvieron una pesadilla. En noviembre de 2021, dos de los rehenes fueron liberados—uno gravemente enfermo—, y semanas después otros tres, incluido un niño de seis años, fueron soltados tras el pago de 350,000 dólares.
Pero la pandilla quería más. Se negaron a liberar al resto, aferrándose a la absurda fantasía de ver a Germine salir caminando de prisión. Sin embargo, el plan se desplomó cuando, el 16 de diciembre, los rehenes restantes escaparon heroicamente, caminando durante cinco horas por la selva haitiana para huir del dominio de los 400 Mawozo.
Las pruebas del juicio pintaron un cuadro escalofriante: Germine no solo ordenó el secuestro inicial, sino que también coordinó los escondites y exigió un rescate delirante de 17 millones de dólares, sabiendo que era imposible, apostando todo a que el gobierno cedería y lo liberaría.
Su apuesta terminó en fracaso. Ahora, el “rey” de los 400 Mawozo pasará el resto de su vida tras las rejas en Estados Unidos, lejos del imperio de terror que intentó dirigir desde su celda.




